La fábrica se ubica en la antigua Casa Garay, y los viajeros y locales llegan a ella seducidos por los deseos de apreciar cómo se produce el néctar, elaborado desde hace más de un siglo, pues la industria fue fundada nada más y nada menos que en 1892 por tres socios: Lucio Garay Zavala, Salvador Baduel Carrera y Juan Bautista Aguirre.

Cuando se visita la fábrica, nos enteramos de que la reconocida calidad de este ron le valió, en las primeras décadas del siglo XX, no pocos títulos y honores, pues en el propio año 1906 obtuvo el Premio de Comercialización, en 1911, el Premio de la Feria de La Habana, y en 1924, conquistó la Medalla en la Feria de Roma.

Este ron es producido con el alcohol obtenido de una pequeña guayaba que solamente se cultiva en las montañas de Pinar del Rio y todas las botellas contienen dos o tres de estas frutas en su interior.

Los conocedores explican que existen dos versiones del Guayabita del Pinar, una es seca, como lo es el ron, y la otra es dulce, como un licor, y como la misma fruta que es su ingrediente principal.

No solo su increíble sabor le ha traído el reconocimiento mundial, pues el nombre de la bebida también es el de un conocido Son que escribió Cándido Fabré, cantante y director de la orquesta cubana La Original de Manzanillo.

Hace unos meses el inmueble donde se produce estuvo cerrado, tras un proceso de mantenimiento capital, pero ya está listo para recibir de nuevo a los curiosos y también a los expertos en ron que saben que no hay otro en el mundo como la Guayabita del Pinar.